ANTES MUERTA QUE CONSTANTE
Hasta hace unos pocos años me preguntaba:
¿Pero a esta chica qué le pasa?
(Sí, a veces me hablo en tercera persona como el Diegote, sobretodo cuando no me caigo bien)
1. ¡¿Por qué no podés adaptarte?!
¡¿Qué clase de castigo es este?!
(Nos salió exagerada la nena)
Antes de cumplir 26 años ya había pasado por 2 carreras universitarias, 1 curso largo, 3 cursos cortos, 4 trabajos en relación de dependencia (trabajo en "relación de dependencia" Qué nombre!!) y había fundado ( y fundido ) mi primera marca.
El cambio era la constante
2. Gachi, Pachi ... alguien más de acuario en la sala?
(Nos salió de acuario la nena)
Lejos de creerme curiosa (y más lejos aún de pensar que la curiosidad era una virtud) pensaba que estaba fallada y que había algo malo en mi que no me permitía hacer ESO que hacían todos.
Yo SABÍA que tenía que elegir ALGO, lo que sea, y quedarme estática como museo (o cementerio, lo que prefieras) y hacer que funcione.
Nunca renuncié a los trabajos intempestivamente.
Siempre fue meditado, con dolor de panza y con culpa, claro
(Me ofrecía a buscar-me un reemplazo, ahora pienso: "Como si eso fuera posible, reina 💅🏼un reemplazo!")
"Es que sos de acuario", me dijo una compañera de trabajo
(el trabajo en el que mas duré, el único que tenía que ver con diseño y en el que más sentí el maltrato)
3. Todos vamos a morir
(Nos salió filósofa la nena!!)
Tengo la certeza de mi finitud, y de la finitud ajena, desde los 9 años.
Sí, desde los nueve.
Esa certeza pasó por muchos estadios a lo largo del tiempo, todos oscuros: miedo, depresión, angustia, parálisis, etc.
Los últimos años pude convertir esa certeza en una especie de guía "para hacer lo que se me canta"
(más o menos lo que se me canta, tampoco soy tan canchera)
Vamos a morir y está bueno saberlo para sacarle el drama a alguna situaciones o para tomar decisiones.
Marco Aurelio lo dice un poco mejor:
"Podrías abandonar la vida ahora. Deja que eso guíe lo que haces, dices y piensas"
(En la primera carrera que abandoné leí a los estoicos. Ay, Esha, qué leída!! )
Como siempre no voy a ningún lado con este mail (o quizás voy a todos)
4. La piedra de Woody Allen
(cinéfila, nos salió cinéfila la nena!)
El martes a las 4 de la tarde, en un cine del conurbano bonaerense, proyectaron una película solo para 2 personas.
¡Hablame de privilegios, Mariana!
No estoy acá para decir si la película es buena o mala o si hay que cancelar a Allen.
Solo quiero mencionar que sobre el final menciona el mito de Sísifo y la roca:
Zeus y Hades lo condenan a Sísifo a subir una roca por la ladera de una montaña.
El chiste era que cuando llegaba a la cima la roca caía y teniía que volver a subirla.
Así por la eternidad.
(todavía la debe estar subiendo, qué dolor de espalda!)
5. Cuarenti
(Ya está grande la nena)
En breve, voy a cumplir cuarenti ... (sí, soy de acuario y tengo más de cuarenta) y la verdad es que la espalda ya no me da para subir piedras grandes eternamente a lo Sísifo.
Tampoco piedras medianas.
Los últimos años estuve subiendo piedras medianitas tirando a chicas.
A veces subo caracoles que mi hija junta en el mar y me los guarda en el bolsillo de la mochila sin que me entere.
( ¿Cuánto dura la arena en los bolsillos? Sospecho que es una estrategia del mar para que no lo olvidemos)
Desde que empezó el año (es cierto que empezó hace poco y no sé cuánto me va a durar) solo subí montañas por curiosidad o para contemplar el paisaje desde arriba
(sin mochila y sin piedras por el dolor de espalda y por este temita que te comentaba que somos finitas
y para qué andar cargando peso, no?
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